martes, 27 de marzo de 2012

Se me ha caído una ilusión



Esperando ser. Porque ya no hay objetivos. Cuando los persigo con la mirada cabalgan por horizontes púrpuras para alejarse por siempre, para dejarme este extraño sabor en las pupilas.
Todavía no se si ver el mundo de este modo es pecado. Si tiene sentido. Si se parece en una milésima parte al mirar de otra persona. Porque puede que esté ciego.

Sólo se que me cansa la velocidad en pausa. Que no le encuentro el azul a esta historia de más sombras que  palabras. No se si me explico. No se si quiero hacerlo. Aunque a veces quiera romper los puentes de plata y soplar la nube gris al otro lado del vacío.

Que no me encuentro. El viento juguetea entre los peldaños de esta escalera de caracol que tampoco llega a ningún sitio. Los zapatos inventan pisadas aunque no tengan suela. Las mariposas inventan suspiros porque no tienen alas.

No se despertar. Mis latidos dejaron de inventar canciones. No sueño ya con bañarme en aguas doradas. El rumor de las olas perdió su melodía. No se donde estoy.

Más allá del acantilado de estrellas, supongo. Más allá del agujero de luces. O sólo estoy delirando. O sólo son palabras que se arrastran por el camino de piedras. O sólo es el filo cortado de la luna que amenaza con regresar. Sólo sigue mis susurros la siniestra soledad...


lunes, 12 de marzo de 2012

A paso cortado



No creo que lo conozcas. Es ese lugar en el que me asombro una vez más, de lo absurdo e irreal que son el tiempo y la verdad.

La distancia. Los centímetros que se convierten en horas de paseos sin rumbo. Mi mirada que te busca y se pierde, cuando no te encuentra.

La luz. La que disipa las dudas y atonta a las fieras. Que susurra recuerdos y me escupe a la cara. Porque no hallo sentido, sigo entendiendo la tempestad que me aplasta, lejos.

Porque no me creerás cuando grito que me podría enamorar de cualquiera y cada uno de tus defectos, como ese gracioso movimiento de cabeza que te da cuando te persiguen los nervios. Ese estúpido momento que recojo con mis manos y lo hago florecer en mi cabeza una y otra vez. Ese momento es solo tuyo, mío y del silencio.

Por eso no te miento cuando digo que podría hacerte feliz. No se como haría para cambiar esta sábana siniestra que a veces me rodea y es más fuerte que yo. Pero lo haría, lo sé.
Estoy tan cerca y tan lejos que puedo oler el atardecer en flor de la primavera, tanto que me quemo en vida y revivo entre tus brazos.

Pero esto es sólo una canción, y tu solo me ves como el inútil escudero que entiende de amistades y de pocos corazones.

Pero esto es sólo una canción, y no brilla mi armadura porque sólo soy por dentro, y mi apariencia es de papel.
Se empaparán mis palabras en el agua del deshielo y las veré tiritar de miedo y agonía.
Arderán entre los hierbajos del que nunca entendió nada, ni de gritos ni silencios.
Y te voy a dejar marchar, porque me pesas en el alma y no consigo avanzar, en esta tarde nublada...





domingo, 4 de marzo de 2012

Caminos y rincones


Esos pedazos de vida que dedico a entender mi historia. Parar el mundo unos instantes e imbuirme en el rincón que se esconde a la sombra de la puerta de mi habitación. Ese lugar donde sólo suelen flotar livianas motas de polvo al ritmo de las olas que algún día surcaron mi alma. A veces, y sólo a veces crece alguna pequeña planta que alimento de esperanzas y palabras...pero nunca fui un buen jardinero.

 Algunas de ellas llegaron a ser más que mi vida y disecadas en curiosas historias, las enmarco y las recuerdo cuando me siento vacío. Suelo cuidarlas mejor una vez que ya se han ido, una vez que ya no sirve de nada. No debe ser mi luz la precisa para estas plantas. No deben ser las plantas adecuadas para mi luz.

 Puede que en palabras y pensamientos las recuerde como nunca fueron. Puede que sea exagerada mi obsesión por lo pasado, habiendo tanto camino por delante. Quizás confunda los amaneceres con la luz mortecina de la madrugada. Pero me encuentro cansado y perdido. Como si mis gritos fueran eclipsados por los fieros pitidos de un tren. Un tren sin raíles ni ruedas, sin luces ni asientos, sin conductor y sin vida...