jueves, 29 de septiembre de 2011

Oda a Rimbaud

Rimbaud, nacido de la ola y de la flor,
apareciste de repente,
de entre el albor.
Fuiste la brisa suave y el resplandor,
la risa grácil de la fuente,
y el ruido atronador.

El polvo de carmín de tus mejillas
provarían el plomo y el ardor,
plomo que abrió tus heridas
y cerró tu corazón.
Pero aún el viento juguetea con tu pelo.
Tu voz y tu historia perviven hoy,
contigo allá donde llegue tu recuerdo.

En la cresta de la ola,
susurradas tus palabras,
y delfines plateados
guardaran en caracolas
tus relatos ya olvidados.

Por eso no ruegues más a la luna,
que nunca te entenderá,
¿Porqué dejaste la pluma,
y te alejaste de la mar?

Montaste en tu barco ebrio,
para nunca retornar.
Rimbaud nacido de la ola,
te olvidaste de la mar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario