miércoles, 12 de octubre de 2011

Luna caída


Circulando por esta avenida de la vida, y con el temor de no ver nada en el retrovisor.
Prometo que te extraño cada día más, y no se cómo. Probablemente ya desapareciste.
Quizá no quede más que tu fugaz sonrisa en un autobús.

Fue la única vez que nos vimos, y ya casi no te recuerdo, pero olvidarte es imposible.
Yo ya únicamente peregrino hasta el portal donde te vi desaparecer, y donde no me atreví a decir con palabras lo que te susurraban mis miradas.


Siento un escalofrío al escribir estas palabras tan cerca de ti, a unos metros, que se convierten en kilómetros de desesperación. Me conformo con ver cómo mengua esta luna roja que tu seguramente ya has olvidado. Esos momentos en la vida que son únicos y resbalan entre tus dedos sin remedio alguno. Sin tí.

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