lunes, 29 de octubre de 2012

Acelero




Vamos a decir que sí que tuvo sentido todo aquel esquivar de clavos para buscarte las costillas. Vamos a pensarlo aunque solo sea un segundo escurridizo entre las horas torcidas. Probablemente tuvo que ver con la pared que intentaba reventar a cabezazos. Apenas arañada. Tuvo que ver con eso. Con intentar arrancarle esbozos, a un trozo de papel. Intentar arrancarla.

Y luego llego aquí, y me pongo la capa que me embriaga por dentro y se condensa por fuera. Supongo que no me respeté lo suficiente como para hacerme respetar, por querer hacer como si no pasara nada, como si no me hubiera llevado el huracán. Y agarrarme con fuerza al suelo. Briznas de hierba resbalan entre mis dedos, pero es solo un momento, porque vuelvo a estar aquí. Sintiendo el norte nacer.

Convine un pacto amistoso con mi destino. Con vino cerramos el pacto, y convivo siguiendo mis pasos. Ciertamente no supe escuchar tu canto de marcha antes de llegar. Cierro mi espacio para que no vuelvas a entrar y ojalá que caminen tus sueños más allá de mi realidad.


No hay comentarios:

Publicar un comentario